Kenny es completamente negro, pesa alrededor de 5 kg y es muy cariñoso. Normalmente maúlla mucho, pero quizá se quede callado si está asustado. Estará muy nervioso porque ha sido un gato de interior durante la mitad de su vida desde que lo adopté. Antes era un gato callejero. Se escapó de su transportín y consiguió zafarse del arnés en estado de pánico, justo delante de mi puerta. Nunca había hecho eso antes y llevaba tres años con el mismo arnés. Llámalo Kenny y atráelo con snacks líquidos. Tiene FIV y lleva microchip.
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